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REFLEXIONES

El problema de la humanidad es que los estúpidos están seguros de todo y los inteligentes están llenos de dudas (Bertrand Russell)


Bueno, sería un poco triste tener una página de muertos y no entrar en el extenso y complejo mundo filosófico de la vida y la muerte.
Voy a meterme algo. Mientras, os dejo un interesante texto sacado de la Universidad Abierta Interamericana acerca de los distintos enfoques de la muerte sometidos al prisma de la religión:

China

Los chinos, al igual que otros pueblos del sudeste de Asia, creen en la inmortalidad del alma. Como tal, respetan no sólo a sus ancianos que aún viven, sino también a sus ancestros fallecidos. Cuando ocurre una muerte, se llevan a cabo ritos fúnebres elaborados –taoístas, budistas, o una combinación de ambos. Por respeto, los miembros de la familia se abstienen de comidas abundantes o celebraciones de cualquier tipo durante siete períodos de luto, cada uno de los cuales dura siete días.

En caso del fallecimiento de uno de los padres, abuelos o bisabuelos, cualquier miembro de la familia que tenga planes de casarse, debe hacerlo durante los primeros cien días después de la muerte, de lo contrario debe esperar un año para casarse. Después de que el período del funeral termina, los miembros de la familia continúan realizando ritos ceremoniales y rindiendo tributo al alma del fallecido en el aniversario de su muerte, el Día de los Difuntos y en otros festivales importantes.

Los funerales se efectúan en la forma de cremaciones o entierros; si la persona es enterrada, después de que hayan transcurrido unos siete años los huesos serán sacados ritualmente, limpiados y vueltos a enterrar.

Egipto

Lo más característico de las creencias egipcias, es la religión funeraria. Parece que los egipcios creyeron siempre en la otra vida. Las tumbas más primitivas contenían muestras de comida y equipamiento, y más tarde la decoración de las tumbas nos indica como concebían esa vida. En general la imaginaban semejante a la de este mundo, pero en mejor, con cacerías y cosechas abundantes, ricos banquetes y bellas muchachas.

Esa idea atravesó diversas etapas. Primero se pensó que el rey pasaba su vida de ultratumba junto a Re, el dios sol, recorriendo diariamente el cielo con él.

Pronto, sin embargo, su futuro quedó vinculado al dios Osiris, y cada rey, al morir, se identificaba con él. Este privilegio se fue extendiendo gradualmente, primero a los nobles y luego a todas las clases, de manera que todo hombre al morir se identificaba en cierto modo con Osiris.

Una buena conducta aseguraba un transito seguro al más allá. Hay muchas representaciones de escenas de este juicio, en las que el corazón del difunto es pesado en una balanza, teniendo como contrapeso una pluma que representa la verdad. El resultado era consignado por Thot, el escriba de los dioses, en presencia de Osiris, y los que no daban el peso eran destruidos para siempre.

Los egipcios sabían naturalmente que el cuerpo del difunto permanecía en este mundo y que era el espíritu del muerto el que se iba al más allá. Pero pensaban que éste último necesitaba del cuerpo como de una base, y por eso ensayaron distintos y complicados métodos para preservar el cuerpo con la momificación, aunque en casos extremos una estatua o un retrato del desaparecido podían servir como sustituto.

Los antiguos egipcios creían que el individuo tenía dos espíritus. Cuando fallece, uno va al más allá y el segundo queda vagando en el espacio, por lo que tiene necesidad de comer. Consideraban que este espíritu vivía en el cuerpo que ellos cuidadosamente habían embalsamado, de esta manera el espíritu podía seguir existiendo. Este espíritu era quien recibía las ofrendas.

Paralelamente a la evolución de las creencias se va complicando cada vez más la practica de la inhumación. Las cámaras de las tumbas se hacen más numerosas y se aumentan los conjuntos piramidales.

La mayor parte de nuestros conocimientos sobre la religión, particularmente sobre las creencias funerarias egipcias durante el Imperio Antiguo, se ha sacado de los llamados textos de las pirámides. Estos textos constituyen una colección de formulas destinadas a procurar al muerto la forma de resolver todas las dificultades que pudiera encontrar en el más allá. Posteriormente, muchas de las formulas de los textos de las pirámides pasaron a los textos de los sarcófagos del Imperio Medio, y por su mediación, al Libro de los muertos del Imperio Nuevo.

Catolicismo

Para los católicos, la muerte forma parte de la vida; no es una ruptura especialmente importante. Se fían de Jesús que dio su vida por ellos para que tener vida eterna. Creen que Jesús resucitó y también resucitaran con Él.

Los católicos afrontan la muerte con serenidad, con confianza. Sienten que la muerte no es "nada del otro mundo". Se fijan en Jesús cuando vio que su muerte se aproximaba y tratan de tener sus mismas actitudes y su confianza en el Padre Dios.

Los cristianos saben que todo no acaba con la muerte. Sienten que el amor es más fuerte que la muerte.La vida eterna no es igual a esta vida.

Cada persona que muere vivirá en la vida eterna lo que ha elegido previamente en esta vida. Jesús les da la salvación (la vida eterna), pero no nos obliga a aceptarla.

Creen que tienen un alma inmortal creada por Dios que no muere con la muerte sino que pervive en una vida eterna.

Los cristianos piensan que, al morir, el cuerpo se corrompe, pero el alma (ente espiritual) va hacia Dios. Entonces tiene lugar el juicio de cada uno. ¿Hemos sido buenos? Vamos al cielo. Si hemos vivido en pecado mortal iremos al infierno, aunque cabe la posibilidad de ir al purgatorio, el lugar donde se purifican los pecados veniales (menos importantes) que hemos cometido.

Desde la tierra, los amigos y familiares pueden ayudarnos a entrar en el cielo a través de los rezos y las misas.

Musulmanes

Los musulmanes también creen que, después de la muerte, serán juzgados según sus obras. Sus buenas o malas acciones les llevarán al cielo o al infierno.

El profeta más importante de esta religión, Mahoma, el que entregó el mensaje de Dios o Alá a la Humanidad, intervendrá para que no se condenen en un infierno de siete pisos. Sólo hay una cosa que Dios no perdona y es que crean en otras divinidades. Una persona que diga que es musulmán y no lo sea comete un pecado tan grave que nada puede salvarlo.


Budistas

El budismo contempla a la muerte como una transición o entre estado (en tibetano bardo), que consta de cuatro principales transiciones:

La primera es la de la vida, que inicia cuando acontece la concepción y termina cuando el individuo se encuentra con las causas de su muerte.

La segunda, el bardo doloroso de la muerte, comienza cuando el individuo se encuentra con las condiciones que propiciarán su muerte y termina cuando todos los factores constitutivos físicos y mentales de la persona se colapsan.

La tercera recibe el nombre de bardo luminoso de la realidad, comienza en el instante mismo en que la mente se separa del cuerpo y por un breve momento aflora la estructura primaria de la conciencia, que es una mente muy sutil similar a la que se obtiene en el momento en que se alcanza lo que el budismo llama la budeidad o plena actualización del potencial humano; si en este punto el individuo es capaz de reconocer y estabilizar dicha mente, podrá aprovechar ese proceso como un medio para obtener la iluminación o budeidad, de lo contrario, automáticamente caerá en un estado de inconsciencia y transitará al siguiente bardo.

La cuarta y última transición o entre estado es el del karma del renacimiento, también llamado bardo kármico del existir; durante este proceso la fuerza de los impulsos y hábitos mentales que el individuo cultivó a lo largo de su vida sirven como fuerzas de navegación del periodo entre la vida y la muerte y propician el proceso del renacimiento.

Generalmente pensamos que no es posible explorar la muerte porque nadie ha vuelto de ella, sin embargo esta es una idea occidental, ya que el mundo indotibetano posee metodologías para trabajar con estados subconscientes tales como el sueño y la muerte. Existen individuos que retornan del proceso del morir gracias a que mientras están vivos practican las yogas que les permiten separar lúcidamente a la mente del cuerpo con base en la simulación de la fisiología del morir, pudiendo así atravesar el estado intermedio entre la vida y el renacimiento sin necesariamente estar muertos.

La tradición budista sostiene que la muerte es una realidad que debemos contemplar para poder vivir nuestra vida con integridad; cuando la persona no está del todo consciente de que morirá tiende a cometer el grave error de desperdiciar su vida al permitir que afloren de manera recurrente las emociones y actitudes perturbadas, tales como los rencores y el egocentrismo, sin percatarse de que al final, todas estas variables no se las podrá llevar al morir.

Hinduismo

En el pensamiento religioso del hinduismo, la muerte consiste en la unión del alma individual con el alma Universal, por lo que se cree que en la muerte se pasa no a otra vida como la que conocemos en la Tierra, sino a otra forma de existencia, que es esencialmente espiritual y aún desconocida, una forma distinta de existencia basada en la unión con el "Absoluto" o Principio Supremo.

Analizar este tema además de ser una cuestión personal, es una cuestión cultural; porque decimos esto, porque para nuestra cultura parece que es imprescindible mantenerse joven y saludable. Es normal que para una mujer de 70 años de algunas tribus de África no sea así y creemos que jamás se vayan a plantearse como verse más jóvenes.

Si analizamos el hecho biológico solamente, creemos que todo el organismo tiende a reservar la vida, ya sea la mujer de una tribu de África como una Mega estrella de Hollywood, ahora bien, si tomamos la cuestión cultural está de mas decir que buscara por todos los medios de encontrar las formas de reparación para seguir viviendo joven, lindo y saludable.

Si analizamos la vida que llevan algunos musulmanes donde ellos creen que al inmolarse cumplen un mandato de vida para el cual fueron preparados. A ellos no les importa si mueren a los 20, 30 u 80 años, o el caso de los orientales donde ellos están orgullosos de decir que llegan a los 100 o 120 años estando muy bien físicamente que no siendo en los pasos de los años y todo eso en base a lo espiritual, a la meditación y a la alimentación.

Con este trabajo podemos concluir, que la forma de como las personas esperamos morir depende de muchos factores; origen, creencias, lugar de vida, entorno social, mitos, etc. La muerte es inherente y significativa a cada cultura pero no por eso podemos evitarla.

Autores: Georgina Frontini, Veronica Zallio y Sofía Soto

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y un párrafo explicativo de los que creemos en la descomposición o combustión de la materia orgánica. Que del alma como mucho queda ese humillo feo que sale de la incineradora.

Jorge dijo...

Excelente texto y muy buena la frase de Rusell, lamentablemente tiene razón. Claro, que creo que todo el que lee esta frase le gusta pensar que está lleno de dudas. Pasa que a veces se cree que una duda es no saber decidirse entre comprar un moto o un coche. ¿Y no lo es?

yinyin dijo...

wise:cierto, una vida memorable reducida a humo muy representativo.Y la alternativa es peor.Que le vamos a hacer.

gen:creo que lo dices es cierto. Pero también dudo de lo que creo ¿dudar de la duda es razonable, o sólo una contradicción?

Jorge dijo...

no sabia que eras tan listo