Melania está mejor, aunque tiene picos. Hoy, mientras comiamos, se ha levantado, ha bajado a la sala de autopsias y se ha bebido cinco litros de formol. Es normal, siempre tuvo una personalidad border line.
Hoy con Crazy hemos reproducido el juego de la mano sobre la mesa y clavar un cuchillo entre los huecos de los dedos, como en la película de Alien, solo que en lugar de un puñal he utilizado jeringuillas infectadas. Me pregunto si ahora se podrá ser funcionario con la hepatitis C.
Me ha parecido ver a Drama con unas bolsas para hacer transfusiones llenas de sangre. Me pregunto para que las querrá.
Cuando me iba a casa me parecía que alguien me seguía. No creo que sea otro bragetazo. Este año ya he reconocido a dos bastardos y no me apetece deshacerme de otro hasta por lo menos Navidad.
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