MAMA, TE VOY A DISECAR

Tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve pianista. (Michael Levine)

El amor de una madre nunca se olvida. Es puro, sincero hasta la muerte. Por eso mama, y por algunas cosas más, te voy a disecar.
Animo a todos aquellos que quieran tanto a su madre como yo a la mía que lo hagan, porque es un día especial y no se puede desaprovechar la ocasión diciéndole que la quieres, mientras le regalas bombones o plantas. Hay regalos alternativos más bonitos y que le harán sentirse muy orgullosa de ti. Piensa en sus lágrimas de emoción cuando reciba una lápida con su nombre, o cuando le ates a la cara un bello embrión de caballo mirándole directamente al los ojos mientras pones música de percherones relinchando.
Debes aliviar el dolor de sus articulaciones. Lo mejor para eso es tapiarla en su cuarto. El cuerpo se mantiene vertical y es bueno para la circulación.
Quizás quiera salir a dar una vuelta por ahí. Aprovecha tus clases de cetrería para desempleados y sácala por la ventana para que vea mundo. Observa con atención como bate sus alitas al viento y se posa alegremente en los tendederos del patio de luces mientras te dice lo mucho que le ha gustado su regalo.
En lugar de plantas, se original y plántala a ella. Añade hormigas de fuego y reacuérdale que gracias sus consejos eres una persona feliz y completa. Quizás crezca algo. Yo he tenido suerte y ha germinado un hermoso naranjo con el que hacerme mis zumos. Cada vez que me tomo uno me recuerda a ella. Que gran día.